Colaboración y redes en el Congreso Online de Gestión Cultural

En los últimos años, cientos de proyectos culturales han comenzado a dirigirse hacia las nuevas economías basadas en la colaboración, las redes y la articulación. Algunos por garantizar su sostenibilidad, otros para salir de las lógicas capitalistas de mercantilizar y hacer de la cultura un conjunto de bienes intercambiables, otros más porque consideran que las construcciones deben ser colectivas. Las posibilidades y motivos son muchos, así como las herramientas que hacen posible estos nuevos modelos de trabajo.

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Por eso se realiza, desde ayer y hasta el próximo 10 de octubre, el primer congreso online de gestión cultural #GCultural2016, un espacio construido de manera colaborativa y distribuida durante casi un año, y que reúne proyectos, colectivos e iniciativas internacionales, para debatir sobre temas comunes en seis mesas de trabajo diferentes.

Cada mesa ha sido diseñada y será coordinada por un proyecto, que alojará los materiales de trabajo en su sitio web. Pero además, la cobertura estará a cargo de 49 blogs quienes participarán de las discusiones aportando, comentando y, sobre todo, dejando memorias (en plural) de lo que está siendo el Congreso. Este blog es uno de ellos.

La colaboración como reto y como principio

El trabajo cultural, colaborativo y en red es, para mí, un modelo ideal: distribución de tareas y de cargas, confluencia de conocimientos e ideas, aportes en especie más que financieros, movilidad espacial, trabajo paralelo y colectivo. Supone trascender la idea de la cultura como un sector productivo para concebirla –y ponerla en práctica- como un proceso político donde la propiedad debe redefinirse porque pierde todo su sentido en la forma que la hemos conocido.

Sin embargo, todo puede ser algo y otra cosa. Incluso su contrario. Por eso, las “nuevas economías colaborativas” han servido para reproducir los mismos modelos de acumulación: antes que distribuir, se han basado en la centralización de capitales y la distribución inequitativa de labores, y el consumo sigue siendo el objetivo principal y fin último de la producción cultural, no la manera como se produce. Este modelo (el mismo empleado por Uber o Airbnb) está cada vez más instalado en proyectos culturales locales.

Por eso me parece que este Congreso es tan importante y tan valioso. Porque es posible gracias a la existencia real de una red, porque se ha construido desde el espíritu de la colaboración, y la motivación de quienes participamos no es otra que compartir, discutir y en definitiva, seguir construyendo de manera colectiva. Porque más allá de las diferencias, los desacuerdos o las falencias, este espacio no tiene más sentido que el trabajo mismo.

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Las respuestas en nuestras propias manos

Comenzando el Congreso, conversé con Daniel Cotillas de Comunicación Abierta , quien coordina la mesa de “Comunicación en red y herramientas TIC para la gestión cultural”. Le pregunté ¿por qué hacer el Congreso en la red?, ¿de qué tipo de redes estamos hablando?, ¿acaso potencian, promueven, facilitan?, ¿acaso son suficientes? ¿Dónde comienza y dónde termina la red?

Para él, desde hace muchos años los colectivos que trabajan con software libre han depositado una confianza enorme en la tecnología, pensando que ella misma puede solucionarlo todo pero sin lograr que sirva efectivamente para los propios objetivos, precisamente porque hace falta encontrar narrativas capaces de transmitir lo que es capaz de hacer la tecnología. Y para mí es ese el tema central acerca de las redes y también acerca del Congreso. Ese es un punto que conecta las cosas más distintas y más lejanas que se encontrarán en estos días: ¿cómo conectar?, ¿cómo transmitir?, ¿cómo solucionar en conjunto?

El #GCultural2016 es un espacio sin Centro de Convenciones. Por ser online puede desarrollarse durante tres semanas seguidas, dando tiempo a quienes participamos –como ponentes, audiencia, cubrimiento- para conocer los materiales, reflexionar, discutir previamente y luego encontrarnos para poner sobre la mesa cualquier variedad de asuntos provocados por las lecturas. Nos permite complementar ideas, indagar un poco más, conversar, aclarar… sin el afán de los tiempos, los desplazamientos, las estadías en lugares desconocidos y ajenos.

Las preguntas son muchas y el espacio está dispuesto. No hay motivación distinta al gusto de participar de esta construcción. Reunir temas centrales puede resultar inútil. Si lo duda, acérquese al lanzamiento. Lo que haga falta irá saliendo. Lo cierto es que las herramientas están dispuestas, de cada quien depende lo que surja en adelante.

Conozca la dinámica del #GCultural2016 aquí. Desde ya puede descargar las ponencias de la mesa 1 –“Gestión cultural para la producción de cultura libre”, coordinada por Ártica Online-. Además, puede descargar el calendario de trabajo, o agregarlo a calendar.

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